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Impresiones de los premios Princesa de Asturias 2023

  • concapaysombrero
  • 22 oct 2023
  • 5 Min. de lectura


Oviedo lloviendo resulta coherente. La elegante ciudad se viste de gala con la lluvia en estos premios. Si hubiera hecho sol, habría sido como ir en chanclas a cenar a Horcher.

La capital del Principado es señorial y sus gentes más aún. A las puertas del neoclásico y lucido Teatro Campoamor,se arremolinaban muchos ciudadanos que no querían perderse el evento y así ver desfilar a los premiados, que, en algunos casos, pasaron por la alfombra azul como si fueran a por un kilo de mandarinas al Mercadona. Alguien debería haberles dicho que hay que pararse, para que la prensa pueda sacar una imagen, y así hacer su trabajo. Por el contrario, ovetenses orgullosos de su españolidad, iban vestidos con sus trajes regionales y a pesar del orballu, esperaban emocionados a los galardonados y a nuestra Familia Real Española, precedidos por la Real Banda de Gaitas de Oviedo.
En cuanto a la ceremonia de entrega de premios, es de señalar:

Su Majestad el Rey Felipe, iba vestido con un elegante traje, cortado por uno de sus sastres de confianza, Jaime Gallo o Serna, y que, como siempre, le quedan como un guante,espectacular. Destacar ese puño blanco dos dedos por debajo de la manga, que distingue a un caballero. Su conmovedor discurso, recordó que es España y la democracia, ese sistema que nos ha permitido vivir en paz estos últimos 48 años y quieren eliminar unos pocos, por dinero y por ignorancia.
Su Alteza Real la Infanta Doña Sofía, imagino que aconsejada por su madre, llevaba un vestido largo bicolor sin mangas, tipo midi, que podría servir para el evento que tratamos, o para ir a cenar al VIPS de Callao con sus amigas. No obstante, tratándose de su edad, tiene 16 años, iba realmente muy guapa.

Su Majestad la Reina Doña Sofía, como es de sangre azul por sus 24 costados genealógicos, y ademas es una profesional como la copa de un pino, se decidió por llevar una chaqueta tipo túnica en terciopelo negro con detalles en dorado, sobre un vestido largo de raso, que fueron un guantazo con la mano abierta a su nuera. Iba como es ella, deslumbrante y ejemplar. Tras la muerte de S.M. la Reina de Inglaterra, solo quedan dos reinas “de verdad”: S.M. la Reina Margarita de Dinamarca, y S.M. la Reina Sofía.
La Reina Letizia, se decidió por un vestido largo excesivamente ceñido y con el hombro y el brazo al aire, que recordaba a las azafatas que reparten los canapés de queso filadelfia con anchoa, en un stand del ALDI.
Su Alteza Real la Princesa Doña Leonor apareció con un sublime traje de dos piezas en terciopelo azul con el que dio el primer campanazo de la noche. Elegante, guapísima y ejerciendo ya de futura reina de España, fue la mejor vestida de toda la gala.
Tuvimos la suerte de que el psicópata no fue, y en su defecto mandó en representación a la Vicepresidenta del Gobierno, en funciones, Doña Nadia Calviño, que iba correcta, sin más.

De Iceta, ese señor que sin tener estudios, es Ministro de Cultura, solo decir que cuando uno es cargo público, aunque sea concejal de su pueblo, pero más aun siendo ministro y cobrando aproximadamente unos 6000 € netos al mes, debería ir a un sastre, que los hay muy buenos en España. Desconozco de donde sería eso que llevaba encajado, pero no creo que cueste más de 100 € con los zapatos en el pack. Tiene menos charme que un pijama del H&M.

Cuando SS.MM. los Reyes y SS.AA.RR. las Infantas entraron en el teatro, todos los invitados, la mayoría autoridades, se pusieron en pie, como corresponde. En general las señoras vestían mejor que los caballeros, como suele ocurrir normalmente, y además iban sin enseñar los brazos; lo que imagino, habrá servido para que alguna señora asistente tome nota. En cuanto a los señores, repito y no me cansaré de ello, cuando uno es cargo público, los trajes deben ser a medida y de sastrería, no del Zara o similares. Los trajes no deben ser de tejidos brillantes, como si fueras el DJ de la discoteca de tu pueblo. Además a algunos les llegaban los bajos del pantalón hasta la punta de los castellanos, zapato que como bien sabemos, no se deben llevar a actos oficiales, siendo la opción correcta unos zapatos oxford negros de cordones, únicamente.

Todos los premiados iban, en general, vestidos acordes al evento, sin grandes alharacas; y ademas, habida cuenta de que han hecho cosas muy valiosas para la humanidad, solo por eso merecen el aplauso y aclamación general.

No obstante, es necesario mencionar que dos de los premiados vestían zapatos marrones, que jamás se pueden llevar en un acto oficial. De igual manera, algunos trajes, parecía que se los habían dejado su primo, el de zumosol; demasiado grandes y excesivamente abiertos de hombros.
En cuanto al Sr. Murakami, que escribe muy bien, alguien le tenía que haber dicho que la pajarita solo se puede utilizar en actos de fiesta, no de gala o gran gala, como es el caso.

El escritor francés Emmanuel Carrère, acudió para recibir, en esta ocasión, el galardón a título póstumo con el que fue distinguida su madre, la historiadora Hélène Carrère, elegante mujer, tanto en su estilo literario como en su presencia; a diferencia de su hijo, que se había comprado la camisa en los saldos de las galerías Lafayette y, al igual que otros señores asistentes a la gala, vestía calcetines cortos. Como consecuencia de tal crueldad visual, al sentarse, se le veían las canillas. Los caballeros siempre han de usar calcetines de caña alta, hasta debajo de la rodilla. Dejar ver las canillas, además de quedar feo, da una imagen horrorosa, como si fueras a pescar cangrejos al Calamón, y no es el caso.

Debemos mencionar a la magnificente Meryl Streep. Una actriz que lleva décadas regalando al mundo su profesionalidad y grandeza interpretativa; además de haber realizado papeles de manera sublime, como el de una mujer con un carácter tan complejo y poliédrico como Margaret Thatcher, la mejor política de todo el siglo XX. Asimismo, todos recordamos su conmovedora interpretación de la baronesa Karen Blixen en “Memorias de África”, esa obra maestra del cine, que más que una película es pura filosofía vital.

La Sra. Streep nos regaló una elegancia que iba más allá de su excelente y sobrio vestido negro, complementado con unos pendientes de perlas. Su caminar, su manera de saludar y su mirada, translucían una esencia que mostraba su saber estar y su grandeza de espíritu. Destacó en su discurso la importancia de la empatía y de saber escuchar, algo que en sus palabras, dejó vivo testimonio de que ésta señora es un ejemplo de como hacer el camino.

S.A.R. la Princesa Doña Leonor pronunció un discurso que fue toda una declaración de intenciones y una vivaz manera de defender su Casa, la Constitución, la monarquía y España. Hizo mención a que en unos días cumplirá la mayoría de edad y jurará la Constitución Española, siendo “consciente de su deber”. Mencionar su paso por la Academia de Zaragoza, es un justo guiño al esfuerzo de tantos militares que dan su vida y servicio por España. Leonor estuvo soberbia, dejó el listón muy alto y leyó muy bien, pese a los evidentes nervios, teniendo presente que tiene 17 años.

Si la dejan, si conseguimos echar de una vez a los traidores que detentan el Gobierno, y la oposición comienza a hacer su trabajo de una vez; Leonor va a ser una gran reina, que representará a España con dignidad, y sabrá llevar a nuestra patria y a todos los españoles a un futuro más limpio y sereno que el presente que ahora vivimos.

Víctor Manuel Caro y Gil de Lezcano

 
 
 

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